Cuando me encontraba cursando mi ultimo año de preparatoria, me embargó un sentimiento de confusión debido a que no sabía qué iba a estudiar. Mi carerra técnica era programación, así que pensé en estudiar una ingeniería en sistemas aunque siempre me había interesado la psicología. A una semana de sacar ficha para la Universidad y escoger la carrera, notifiqué a mis padres que iba a estudiar psicología, puesto que si me llamaba la atención una ingeniería pero no me apasionaba.
A mis padres no les pareció la idea de que optara por psicología, me decían que no había mucho trabajo de eso y yo molesta, entré en un estado de aferración delimitando mis opciones.
Desde los 15 años empecé a trabajar en ventas de ropa de mujer, call center y organización de eventos, siempre enfocada a brindar atención al cliente, era algo que disfrutaba y se me daba muy bien, una de mis hermanas me sugirió la carrera de mercadotecnia, dijo que sería buena para eso, en ese momento yo no conocía esa carrera ni había escuchado hablar de ella o quizá si pero nunca puse atención.
Me puse a investigar su campo laboral, sueldo promedio, plan de estudios (materias durante la carrera) y posgrados. Quedé maravillada, encontré la mezcla perfecta entre psicología y atención al cliente, entre creatividad y emociones.
Actualmente me encuentro laborando en mi área y me considero una persona afortunada porque hago lo que me apasiona.
Durante la carrera he escuchado diversos comentarios que para una persona apasionada por la mercadotecnia podrían resultar ser incluso ofensivos, por ejemplo, “¿estudias mercadotecnia? Ah! Eres vendedor”, “haces publicidad”, “engañas a las personas”, “creas necesidades” y muchos mitos más.
La mercadotecnia tiene un valor inmenso, se compone de muchas áreas y se centraliza en un solo objetivo: brindar experiencias positivas.
Es verdad que se requieren habilidades como la comunicación, nociones de publicidad, relaciones públicas, contabilidad, psicología, estadística, ventas, investigación, administración, pero no podemos catalogarla en una sola área, no somos contadores por llevar contabilidad, ni tampoco somos psicólogos, ni administradores. Si nos catalogaran en una sola área estaríamos quitándole valor a los que realmente se especializaron en ella.
En mercadotecnia nos gustan los clientes, nos gustan las emociones, nos gusta satisfacer deseos y necesidades básicas, no creamos necesidades, una necesidad ya está predeterminada desde nuestro nacimiento, el ser humano tiene la necesidad de comer y nosotros los mercadólogos participamos en las diferentes opciones que se convierten en deseos para ofrecerle al futuro consumidor.
Si bien, la mercadotecnia demanda habilidades relacionadas con el ámbito social pero también demanda un razonamiento lógico, nosotros también vemos números, definimos la cifra de personas que componen el segmento objetivo de un producto/servicio, realizamos un presupuesto anual, predicciones de ventas y de participación del mercado, calculamos esfuerzos comerciales, definimos precios para el producto/servicio, utilizamos métricas de mercadotecnia, indicadores de gestión, proyección de gastos e ingresos, tiempos de entrega y distribución del producto/servicio.
“La magia del marketing reside en la pasión de sus profesionales por reinventarse cada día. Los mejores resultados ocurren cuando la capacidad de innovación se convierte en una forma de vida”, Ana García Oliveros.
