Mis historias fotográficas

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Una foto te puede contar más que mil historias si aprendes a ver más allá del objetivo (lente de la cámara). Hace 3 años me incursioné en el mundo de la fotografía empezando por un simple gusto de la Fotografía Astronómica, en la cual en diferentes redes sociales y páginas web relacionadas con material fotográfico es donde me di cuenta que me empezaba a gustar esa nueva área en la cual no todos logran percibir lo que ocurre frente a sus ojos.

En ocasiones pensamos que un buen fotógrafo es aquella persona que tiene una excelente cámara o que tomó un carísimo curso de fotografía. No me mal entiendan, todos estos medios nos ayudan a poder obtener esa foto deseada, pero hay algo que va más allá de obtener una excelente foto. Se trata de transmitir a la otra persona a ese pequeño espacio, ciudad, clima, atardecer, cada sentimiento de felicidad, nostalgia, libertad, todos esos mares de emociones que logran hacernos sentir cada lugar que visitamos y cada momento que compartimos con alguien.En lo personal no cuento con una cámara profesional, las tomas que he logrado captar son con mi celular, pero lo único que busco es transmitir mi pasión e ir descubriendo momentos que tal vez no se puedan explicar pero que se pueden llegar a sentir por medio de una imagen. Un claro ejemplo es en las puestas de sol; en mi caso principalmente son las playas,  este acontecimiento que nos brinda la naturaleza es siempre único.

A lo que me lleva nuevamente al tema de este post, no se necesita tener una cámara profesional y mucho menos tomar cursos de fotografía para poder representar una pequeña historia de ese momento de tu vida y poder compartirlo con alguien más.

Recuerda:

“Lo más importante no es la cámara, sino el ojo”

-Alfred Eisenstaedt- 

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