Un impresionante espectáculo natural o espectáculo de desechos humanos

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Son pocas las personas que han visitado Ensenada y no hayan conocido o escuchado sobre La Bufadora, siendo uno de los principales sitios turísticos que no puedes dejar de conocer.  Pero, ¿Lo han visitado últimamente?  En mi caso, he visitado este lugar en varias ocasiones, principalmente cuando vienen a visitarme familiares provenientes de otras regiones de la República. Durante estas visitas, he sido testigo cómo ha evolucionado o cambiado el lugar como el turismo, en diferentes épocas.   Hace algunos años atrás, cuando existió la mala propaganda de nuestros vecinos, quienes recomendaban a sus compatriotas a no visitar la región, debido a los altos grados de delincuencia.  Esto no solo afectó Ensenada, sino también al resto de los municipios principalmente Rosarito y Tijuana.  En esa época, si visitabas cualquiera de los lugares de atracción turística en los diferentes municipios, estos estaban prácticamente desiertos. Durante ese periodo, visité la Bufadora, y solo se mantenían en pie los pocos negocios, el resto estaban cerrados. Así que pasaron varios años para que volviera al lugar, esto fue no hace más de dos semanas atrás, y lo que vi me dejó impactada.

Mi primera impresión, se debió al flujo de personas tan grande que era difícil caminar. El constante ir y venir tanto de autos particulares como camiones de turismo, no disminuía ni un ápice a pesar de la hora. Seguido después de la cantidad de negocios que se han establecidos a ambos lados del camino; lo cual te da la impresión que tienes que caminar prácticamente un kilómetro de distancia. Navegando entre la gente y los diferentes comerciantes que te ofrecen una diversidad de artículos, desde alimentos y bebidas hasta curiosidades típicas del lugar. En parte, eso es buena noticia para los lugareños ya que ha aumentado el turismo y eso es un incremento a sus ingresos. Aunque muchas personas opinarían que esto se ha vuelto más una kermés de pueblo que un atractivo para un turista.  Pero, esto no sería algo negativo, si realmente se gestionara este crecimiento de forma inteligente y adecuada. No solo que beneficie a la población de la localidad, si no que se mantuviera el equilibro en la naturaleza. El cual, lamentablemente se ha visto roto. ¿Por qué lo digo? Por una simple razón. Cuando llegué al final del recorrido para admirar aquel espectáculo natural, me llevé un mal sabor de boca. Y no tiene nada que ver con la falta de respeto que la gente expone solo por tener una selfie; que sin importar que no había nada de espacio y había mucha gente tratando de acercarse para ver más cerca.  Pero no obviando que deseaban una foto de ellos con el fondo mostrando la explosión de agua. Personas de todas las edades escalando en la zona que claramente está prohibido por el riesgo de resbalar por la humedad del lugar; solo con el hecho de tener un lugar privilegiado donde puedan disfrutar de la vista sin ser molestados. No, lo que me dejó en estado en shock es como la humanidad ha quedado desvalida de sus sentidos, que no pueden ver más allá de su propio ser. A tal grado que ya empezamos a destruir un lugar que debía ser protegido, incluso por nuestra propia salud. ¿A qué me refiero? El agua que es expulsada por ese geiser marino, está más contaminada que nada, y cualquiera que se detuviera un momento a pensar y a usar cada uno de sus 5 sentidos, podría detectar ese olor tan singular a aguas residuales de los desagües. En otras palabras, en cada una de las expulsiones de agua olía a caño, y esa misma agua es la que empapaba a la gente.  ¿Cómo llegó a suceder esto? Simplemente no hemos aprendido, y seguimos reforzando los malos hábitos; cada uno de los negocios o lugares cercanos del lugar, no les importa arrojar las aguas negras al mar.  Sí, el mar puede limpiar, pero no a esa velocidad y cantidad industrial que producimos de desechos. Me da rabia y tristeza, porque el 80% de la contaminación de nuestros mares es provocada por los seres humanos y las empresas y este lugar es un claro ejemplo de este hecho.  Solo me quedo a pensar, ¿Qué podemos hacer, para evitar este deterioro? Muchos se alegran por el incremento de la economía, ¿Pero a qué costo?

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