Voltear a ver otros tipos de jornada laboral es una de las decisiones más vanguardistas y empáticas con el personal que pueden tomar las empresas hoy en día. Si buscan ser parte de un proceso de transformación efectiva en el entorno laboral, este es un paso clave.
De acuerdo con la OCDE, en México el 27% de la población ocupada labora muchas horas, lo que lo convierte en el país donde más personas invierten tiempo excesivo en su trabajo. Esto abre la puerta a considerar seriamente la reducción de la jornada laboral, con la claridad de que ello no implica una disminución en la eficiencia ni en la productividad.
Nuevas tendencias en los tipos de jornada laboral
Actualmente, los horarios y jornadas vigentes en México se ciñen a tres modelos: jornada diurna, nocturna y mixta. Sin embargo, existen esquemas novedosos que pueden adoptarse en las organizaciones, y vale la pena conocerlos para evaluar su utilidad.
1. Semana laboral de cuatro días
A partir del modelo tradicional de 8 horas al día y 40 o 48 horas a la semana —repartidas en cinco o seis días de trabajo—, surge la propuesta de la semana laboral de cuatro días.
Este plan contempla una reducción a 32 horas semanales, impulsando así un mayor enfoque en las actividades.
2. Jornadas comprimidas
Por otro lado, el esquema de jornadas comprimidas consiste en reorganizar la semana laboral de tal modo que se mantenga el mismo número de horas, pero distribuidas en menos días.
De esta manera, las horas diarias pasan de 8 a 10, lo que permite contar con tres días de descanso.
¿Se pueden implementar nuevas modalidades sin incumplir la Ley Federal del Trabajo?
La respuesta es que sí. El artículo 59 de la LFT establece que empleadores y trabajadores pueden acordar la duración de la jornada, siempre y cuando no se rebasen los límites establecidos de horas ordinarias ni se omita el periodo de descanso.
Asimismo, si se trabaja más tiempo del establecido, aplican las disposiciones de la ley respecto a las horas extra, contenidas en los artículos 66, 67 y 68.
Recomendaciones para organizar estas jornadas cumpliendo con la ley
Sabiendo que es posible aplicar estos esquemas con apego a la norma, aquí tienes algunas recomendaciones para implementar el ajuste o la reducción de la jornada laboral:
- Evaluar la viabilidad del modelo, conforme a las necesidades, los horarios límite y la carga de trabajo
- Llegar a acuerdos claros, documentándolos de manera concisa y transparente
- Monitorear los efectos en la productividad y el rendimiento de los empleados
- Comunicar efectivamente los cambios y ofrecer capacitaciones si se requiere
- Mantener apertura a la retroalimentación y ajustar el modelo cuando sea necesario
Como puedes darte cuenta, existen alternativas viables para implementar esquemas de jornadas laborales que se alejen de lo tradicional, sin sacrificar la eficiencia. Por el contrario, pueden contribuir a un mejor aprovechamiento del tiempo y a un equilibrio más saludable entre el trabajo y la vida personal de los colaboradores.
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